martes, 14 de agosto de 2018

Cogiendo por una materia



Yo era la más hermosa y atractiva del bachillerato. Llamaba la atención de muchos compañeros alumnos y hasta de maestros. 
Un día, un maestro, a escondidas me quizo regalar una rosa, pero se la rechace. Se trataba de mi maestro de Algebra, siempre fué el más pervertido de todos. Antes de regalarme la rosa, me sonreía, me invitaba a salir, me quería dar raí. Me miraba las piernas y mis tetas de una forma pervertida. Yo sabía que no se detendría ante nada para lograr su objetivo. Recuerdo que para lograrlo, empezó por reprobarme en su materia. No la podía pasar y siempre insistía que yo aceptara salir con él. Esa era la única forma de aprobar y pasar de semestre. La invitación antes era salir al cine o a cenar, pero cuando lo afronte, ya quería fuera en su casa ver una pelicula. 
Aprovechó muy bien mi situación, sabía que me tenía a su merced. Acepté ir con el a su casa y bajo sus condiciones, despues de todo, que podría pasar, pense. Quizo me fuera de minifalda y zapatillas, según para admirar mi belleza, y porque según él, le encantaba ver y admirar la naturaleza en su explendor. Al principio se portó muy caballeroso. Me tendió la meza, donde cenariamos, con adornos especiales y muy romanticos. Todo era muy elegante. Debo admitir que tenía muy buenos gustos. Su casa era muy amplia y hermosa, casi como la que soñaba tener. 
Terminamos de cenar y nos pasamos a su sala, tambien me sorprendió lo comoda que se sentía. Puso una pelicula en su pantalla de 100" y arrimó unas palomitas que preparó en su horno de microondas. Todo iba normal hasta que empezó la pelicula. La historia era erótica y en las primeras ecenas de sexo, me sentí algo incomoda por lo explicita que se miraba. Me atrapó la historia y sin querer me empecé a mojar mis pantaletas. Sentía las miradas del profesor he intentaba disimular lo que sentía, pero como un gran depredador, ya estaba olfateando a su presa.... A mi. Se paró por más palomitas y al regreso, se sentó a mi lado con el pretexto de que eran las ultimas y las compartiriamos. No tardó mucho, para que en una ecena de sexo, aprovechara para acariciarme las piernas. Yo estaba como un volcan a punto de ser erupción, y al sentir su mano, me puse comoda y dejé que me siguiera tocando, de lo excitada que estaba. Me sentí una puta... Su puta y eso me excitaba. Sentirme atrapada y sumisa ante él, me puso rapidamente más cachonda. Habrí mis piernas invitandolo a tocar mis partes más intimas y como todo un hombre experimentado, lo hizo suavemente y a la vez con fuerza metiendo su dedo en mi. Llegó el momento en que ya no estabamos mirando la pelicula y solo se escuchaban los gemidos de la actriz y los míos. Me dejé llevar por él, haciendo lo que me pedía y como si fuera una paleta de caramelo, le hice el sexo oral una vez que se la sacó y me obligó para que lo hiciera. Despues, aprovechando que solo traía minifalda, me recostó en el sillón y me penetró. Su miembro era muy grande, lo bueno es que yo ya había tenido sexo con un exnovio, si no, me hubiera dolido mucho más. Solo sentía como me habría más mi vagina y llegaba cada vez más profundo, lastimandome poco, pero haciendo que gozara como una zorra. Me excitaba mucho el momento. Mi profesor, el que juraba nunca le daría el gusto de salir con él, me estaba cogiendo en su sala, haciendome hadear y gemir en cada penetración. Pensé que aquello solo iba a durar unos cuantos minutos, pero duramos casi 7 horas. Yo no quería parar y él no quería dejarme ir. Con él fue mi primer orgazmo, mi primer sexo oral, mi primer anal y mi primera recibida de semen, en la boca y en la vagina. Despues de esa noche ya no tube problemas con su materia y seguí visitandolo a su casa hasta que quedé embarazada. Vivimos dos años juntos y nos separamos. Así terminó aquella experiencia y hasta la fecha ha cido la más atrevida de todas. 

lunes, 25 de junio de 2018

MI ESPOSO QUISO QUE COGIERA CON SU JEFE





Mi esposo y yo eramos una pareja con fantasías por experimentar. Una vez me platico de una que él tenía y que tal vez no se cumpliera, pues también temía no resistir los celos. Y era precisamente el que yo hiciera el amor con otro hombre mientras él nos observara. Me pregunto si yo me animaría y le dije que si era su fantasía, lo intentaría. Llevábamos 5 años de casados y nos teníamos mucha confianza. Siempre nos contábamos todo y nos conocíamos bien.
El jefe de él, de la empresa para la que trabajaba, era una persona de 45 años, muy respetable y muy varonil. Siempre frecuentábamos en fiestas y convivios y se portaba muy amable conmigo y muy caballeroso. Supimos que vivía solo por que su esposa se fue con otro ya hace tiempo.
Un día de mi esposo salio la idea de cumplir su fantasía. Me propuso hacerlo con su jefe, por ser la persona ideal que guardaría total discreción. Yo acepté y le dije que lo haría solo porque era su fantasía.
Mi esposo se encargo de convencer a su jefe de hacer la reunión en su casa, celebrando supuéstamente nuestro aniversario, porque en la nuestra estaríamos muy reducidos. No le contó lo que pretendíamos, pues se iba a hacer el intento, por si ya estando ahí, mi esposo se arrepintiera.
Un sábado por noche, se hizo la reunión en la casa de su jefe. Yo me fui con un vestido rojo muy sensual y muy pegadito, que hacía mostrar mi lindo cuerpo. Llevamos bebidas y preparamos cena, su jefe no se quedó atrás y también compró bebida y algo de botana.


Terminamos de cenar y nos pusimos a beber champan y cuanto vino estaba en la meza. Entre platicas y risas se nos fue el tiempo, y se nos subieron algo las copas. Su jefe no dejaba de mirarme, mi esposo no lo sabía, pero desde la primera vez que nos presentó, se que no le era indiferente. Tal vez también por eso mi esposo lo eligió. Estábamos cada vez más animados, cuando su jefe se iba al baño, nos prendíamos en un beso y casi terminábamos haciendo el amor ahí. En una de esas me preguntó mi esposo que si estaba lista, y le dije que si. Llegó su jefe y me puse algo nerviosa. No sabía por donde empezar.


Les pedí un brindis por nuestro supuesto aniversario, con la finalidad de tomar valor a lo que venía. Empece por relajarme y aprovechando que a su jefe no le era indiferente, le sonreí y coquetee.


El plan estaba funcionando, me mostraba coqueta y su jefe correspondía con una sonrisa. Yo se que por respeto no me decía nada, pero se le miraba en los ojos sus deseos de tocarme.


Había llegado el momento, y mi esposo y yo, nos dimos un beso de valor para empezar a cumplir su fantasía. Me sentí algo nerviosa, por la nueva experiencia que iba a tener.


La temperatura aumentó. De un beso, mi esposo pasó a recorrer todo mi cuerpo y yo me excité rapidísimo, tal vez por el alcohol. Sabía que su jefe nos miraba, y yo posaba en cada caricia para él. Quería que me viera de como deseaba ser penetrada. 


Me metió la mano mi esposo entre mis piernas y su jefe no dejaba de mirarnos. Lo invitó que se acercara, y algo tímido, lo hizo poco a poco. En cuanto lo tuve más cerca, estire la mano hacia atrás, para sentir su bulto y que entrara en calor.


Se la sentí bien dura, y ya con el permiso de mi esposo, me atreví a bajarle el cierre y sacársela. Estábamos los tres ya muy excitados, los escuchaba jadear y yo también moría de ganas por ver sus pollas. Era la locura, por primera vez tendría sexo con otro hombre que no fuera mi marido.


En cuanto le saque el pene, sentí un deseo enorme por probarlo. Estaba calientita y bien dura, de buen tamaño como me la imagine cuando lo conocí. Era una experiencia muy extrema. Otro hombre me iba a coger en frente de mi marido y eso me excitaba aún más. Sentía que me volvía loca de placer.


Creo que muy en el fondo de mi, también existía esa fantasía, porque me sentía plena y con ganas de devorar su penes. Se las jalé a los dos, mientras me acariciaban y me metían mano por debajo de mi vestido. El jefe de mi esposo estaba loco por tenerme. Me tocaba desesperado mis piernas y mi vagina por encima de mi tanga.


Deseosa por probar la verga del jefe de mi esposo, me agache para tener ambos miembros frente a mi boca, y sin pensarlo dos veces, me metí a la boca el miembro del jefe. De lo excitada que estaba, hasta lo sentía dulce y con deseos inmensos de recibir su semen en mi boca.


El deseo crecía cada vez más. Yo hasta sentía sensaciones en mi pansa, de tanta excitación que me provocaba. Se quitaron la camisa y yo me quite el vestido. Mientras lo hacía mire al jefe de mi esposo mirarme sorprendido, creo que también para él era un sueño hecho realidad. 



Y ahí estaba... completamente desnuda ante la mirada del jefe de mi esposo, quien se perfilaba para follarme como su puta, y yo lista, deseosa de que me penetrara.


A pesar de lo excitados que estábamos, el jefe de mi esposo, todavía no se animaba a follarme. Fue entonces que para pasar al siguiente nivel, mi esposo me la metió frente a su jefe. No pude evitar gritar de placer, al ver a otro hombre en frente de mi, mientras me cogía mi esposo.


Todo era cuestión de tiempo, el jefe se excito al ver que me cogían y que yo le pedía que también el me follara y se animo. Me acomodé hacia con él y la sentí entrar. Ya estaba sintiendo el pene de otro hombre y una vez más, sentí muchas sensaciones, que hicieron a mi vagina mojarse aún más.


Fue inevitable gemir como zorra. Sentía la verga del jefe entrar y salir de mí recorriendo todo por dentro. Me sentía su puta y estaba deseosa de su verga y de su semen. Le pedí a mi esposo que me dejara sentir los semen de su jefe y el dijo que si. Pasamos a la recamara y mi esposo nos dejó coger, sentándose, como era su fantasía, por un lado de la cama mirando como me penetraban. Me subí en el jefe y me moví suavemente, tratando de disfrutar su verga. Estaba libre para devorarla con mi vagina, la sentía recorrer y llenar mi hueco, tocando las paredes, haciendo que gritara como perra de placer.



Y antes de que el terminara, sentí venir mi primer orgasmo. Rasgue las sabanas de la cama y grité como loca mirando a mi esposo, como también él disfrutaba el momento masturbándose mientras nos miraba. Pero aquel hombre no paraba, quería darme semen y continuó bombeando.


Hicimos más posiciones, realmente era un experto, un maestro con las mujeres. A parte de saberlas tratar en la calle, también sabía tratarlas en la cama. Esto me estaba gustando, tanto que estaba deseando que nunca parara y que esto se repitiera muchísimas veces. Lo malo es que ese era el único momento, en el que él me tendría así y yo a él.




Otro Orgasmo se me vino, cuando me puso a gatas. Sentí su verga, dura, grande y gruesa, tan rica, que no pude resistirme y nuevamente tuve otro orgasmo. Ya no me importaba que estuviera mi marido, que me viera gozar como puta la verga de otro. Al fin y acabo el así lo deseaba.


Este hombre no paraba, hasta que por fin, lo sentí más acelerado y agitado. Buena señal para decir que se vendría una descarga y le pedi de favor que me los diera "¡damelos... damelos... si papi damelooos!". Y entre más le gritaba, más aceleraba...


Hasta que de pronto... dejó su verga adentro de mi y de inmediato sentí sus ricos semen salir de su pene y no pude evitar también mi tercer orgasmo. Fue increíble esa experiencia. Una fantasía de mi esposo, que se convirtió en la mía y de su jefe.
Descansamos un poco y después seguimos, pero esta vez ellos haciendo relevo y yo de su puta dejándome coger, fue fascinante. Al final quise probar los semen del jefe en mi boca y se los pedí, sin que se opusiera mi esposo.

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FIN



  





















   
    


   

domingo, 24 de junio de 2018

MORRITA DE 22 COGE CON SU JEFE



Carolina, una chica de 22 años, se dejó llevar por el dinero y la ambición. Un hombre de 47 años, dueño de la empresa donde ella trabajaba, la invitó a tomar un helado y después se la llevó a su casa. Poco duró la caballerosidad del hombre, y es que, ella mostraba a toda luz, lo ansiosa que estaba en complacer al hombre en lo que le pidiera. Cosa que aprovecho el hombre, para ir más al grano con sus intenciones.  


Fue entonces, que al poco tiempo de entrar a los pasillos del interior de la casa, el hombre averiguó su sospecha, de que Carolina ya no traía ropa interior, después de haber entrado al baño del local de nieves, cuando se retiraban del lugar. Tímida, pero con el valor por tener nuevas experiencias, y por conseguir algo de aquel hombre rico, permitió los atrevimientos del hombre. Sorprendido el hombre, al verla sin calzón le dijo "quiero hacerte el amor... pídeme lo que quieras". Fueron palabras mágicas para Carolina, para que ella consiguiera sus caprichos, aún sabiendo que aquel hombre era casado.


Una vez que Carolina acepto la proposición indecorosa del hombre, este, no resistió las ganas de tocarla y mirarle el hermoso cuerpo que Carolina tenía. Unas nalgas exquisitas y un color de piel que antojaba penetrarla todo el día y toda la noche. Algo que aquel hombre, se iba a dar el lujo.


Carolina tenía novio. Era un chico que trabajaba en la misma empresa, pero como ella le dijo que por trabajo, iría saliendo a comer con el dueño de la empresa, el novio ni se las olió. Por otro lado, la esposa de aquel hombre no se encontraba en la ciudad, mas bien él, estaba de visita en la empresa y ahí conoció a Carolina.


Caricias, besos y una rica masturbación a Carolina, llevaron  al par de infieles hasta una de las recamaras, donde ella, un poco asustada por lo grande del miembro de aquel hombre, se atrevió y  agarró por primera vez un pene, y no el de su novio, el que tanto se moría por respetarla, creyéndola toda una santa. 


Como era su primera vez, Carolina, solo se dedico a hacer lo que el hombre le decía, incluso, hacer su primer sexo oral. No le fue muy difícil aprender, pues imaginaba que era como chupar una paleta y conforme el hombre se emocionaba, ella tomaba más experiencia y lo estaba haciendo muy bien.




Por fortuna su jefe estaba preparado, y tenía, lubricante para la ocasión. Se la metió muy suave, pero en cuanto entro casi toda, aceleró con fuerza hasta que entro por completo, no importándole que Carolina gritara de dolor. Para él era solo una puta más, que estaba comprando sus servicios.




La hizo como quiso, poniéndola en muchas posiciones, haciéndola gemir como una zorra. Excitado y emocionado con el cuerpo de Carolina, el hombre le gritaba "puta... así... muévete", y aunque ella le extrañara, pensaba que era parte del sexo y que aquel hombre tal vez le ofreciera hasta matrimonio. 


Conforme entraba y salía el pene de Carolina, gozaba a lo máximo y pensaba en tener todas las noches un encuentro con su jefe, pues realmente estaba también excitada y le encantaba tener aquella verga de su jefe a dentro.


Como no usaron condón, el hombre aprovechando la falta de experiencia de Carolina, la puso de rodillas y le llenó de semen la cara como acostumbra a hacerle a todas sus putas. Pero ella lejos de incomodarse, le gustó la experiencia y hasta se tragó algunos que le cayeron en su boca. 
Toda esa tarde tuvieron sexo sin control, ella ya no era virgen y cada vez se movía más como una verdadera puta. Las siguientes veces su jefe se vino a dentro y la ultima ella se los trago todos. Terminando, él le dio $5,000 y ella quedó encantada con su jefe, tanto que quedó a su disposición cuando él quisiera. FIN

  



  
    


ME COGÍ A MI NUEVA VECINITA



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¡Que tal! tengo 38 años y aquí les dejo lo que me pasó con una vecinita de solo 24 años.
A veces me pregunto... ¿Por que las mujeres primero nos alucinan y luego nos cortan?. En fin... A mi me pasó con una vecina, en la vecindad donde vivo.

Un buen día, llegaron a vivir una joven pareja a la vecindad donde vivía, justo a lado de mi cuarto. Una hermosisima mujer me pidió que le ayudara a su esposo ha subir un refrigerador. No pude resistir a tan hermosa mujer y su voz angelical. Así que embobado por su hermoso cuerpo fui a ayudarles. Me ofrecí a ayudarles en todos sus muebles con tal de seguir mirándola, y más, por la forma que vestía, muy coqueta. Traía un pantalón licra blanca, y se le alcanzaba a transparentar su ropita interior. Así fue el primer contacto con ella.
Esa noche, goce escucharla gemir como zorra, cuando tuvieron sexo. No resistí y me hice una manuela, imaginando como estaría cogiendo con él o a veces conmigo. Recordé un orificio pequeño que hice con mi taladro accidentalmente hacia su cuarto ¡y o sorpresa! daba justamente hacia la cama donde estaban, y la mire montando aquel hombre y devorando su pene como puta. Y así muchas veces por la noche la escuchaba y espiaba, y por el día, me sonreía y me hablaba con mucha confianza. Después vinieron los favores cuando su pareja no estaba y cada vez más las confiancitas, tanto, que en algunas ocasiones tratábamos temas cachondos o me dejaba arrimarme demaciado.
Un día temprano, casi de madrugada, yo iba llegando de un convivió, un poco tomado y la encontré sentada por fuera de su cuarto, sentada y en bata de dormir. Como siempre, me saludó y me detuve un poco a platicar con ella. Su esposo se acababa de ir de viaje por motivos de trabajo y ella estaría sola toda la semana. Mientras platicábamos, entre broma y broma le dije "¡haaa... osea que estarás sólita... Pues si ocupas algo, lo que quieras, estaré sólito del otro lado. Ya sea que te vallas conmigo o yo me venga contigo". Y como de costumbre, se sonrió y puso cara de gustosa y también ella me insinuó "Pues si voy... ¿me prometes hacer que ¡me venga! de vuelta?", y para ponerle más emoción a lo que decía, se mordió el labio inferior y puso una carita de perrita en celo, que hasta el momento, la recuerdo y me excito todavía. Al verme paralizado por lo que me dijo, me regaló una sonrisa como de costumbre, pero esta vez, la notaba más atrevida y coqueta. Mi pene entendió la directa y sin que yo lo evitara, se me paró. Al verme ella, puso cara de sorprendida y me dijo "¿En serio te excitó lo que te dije?" y de repente todo se volvió más cachondo. Yo estaba muy prendido. Verla con su bata de ceda para dormir y notando que no traía sostén, y solo unos calzoncitos puestos... ¡hay madre! dejaba ver su hermoso cuerpo casi al natural. Fueron mis impulsos de hombre los que me animaron a abrazarla y darle un beso en la boca. Ella lo aceptó sorprendida, y aunque de momento trató de rechazarme, terminó por jugar su lengua con la mía y abrazarme fuerte, dejando que mis manos recorrieran, desde la espalda, hasta sus nalgas. Era como un sueño hecho realidad para mi. Nunca imagine que mis fantasías con ella, se empezaran a dar. Entre más la repegaba a mi cuerpo apretando sus nalgas y arrimando mi bulto justo por su vagina, ella se entregaba más a mi. La metí a mi cuarto y le hice el amor una y otra vez todo el día. La puse en muchas posiciones, mi misión solo era hacerla gemir y jadear como puta, y también ver su carita de placer, cuando le metiera la verga. Me dejo vaciarme a dentro de ella todas las veces, y hasta en dos ocasiones, los quiso por su boca y se los trago. Era el tipo exacto de mujer que yo quería. Atrevida, ardiente, buenota con un trasero riquísimo y que fuera toda una puta en la cama conmigo. Terminamos por quedarnos dormidos ya de noche, y todavía me despertó haciéndome sexo oral nuevamente por la madrugada. Seguimos el segundo día, casi ni comimos, y así esa semana, fue todita para mi. Me sentía dichoso que me dijera "Papi", y más cuando me la cogía. En repetidas ocaciones nos dijimos "te amo", y sentía bonito, cuando me lo decía al vaciarme en ella. La verdad esos momentos tan maravillosos hicieron que me enamorara de ella, pero como era de esperarse, llegando su pareja, todo eso bonito se termino. Y aunque ella trató de explicarme, yo me sentí muy mal, aun sabiendo que ella tenía la razón. Había sido solo una hermosa aventura, donde ella, no quería más que solo sexo y disfrutarlo conmigo. Debería de agradecerle, pero ya no la entendí y mejor me aleje de ellos.          

jueves, 21 de junio de 2018

MI CUÑADITA DE 18 QUERÍA UN MACHO






Siempre fue mi obsesión mi cuñadita de 18 años. Desde que se fue a vivir con nosotros, no puedo evitar mirarla y hacerme una manuela. A veces a escondidas mirándola, cuando mi esposa, su hermana, no está en casa. Tenía su novio, pero no era lo suficiente hombre para ella. A mi parecer, ella ocupaba ya un macho que la domara. Se vestía siempre provocativa, muy sexy, faldas cortas, chores cortos, en fin, se daba a desear y aunque no lo decía, lo pedía a gritos con sus facciones. Para que la cosa fuera más cachonda, yo a propósito dejaba la puerta emparejada del cuarto cuando hacía el amor con mi esposa y procuraba hacer mucho ruido para que la cuñadita nos escuchara. Era impresionante las nalgotas y las piernotas que se cargaba. Era imposible no observarla cuando le tocaba el aseo en la casa. 
Una noche, ya muy tarde, la escuche llegar de una fiesta. Ese día, como siempre, se había ido muy sexy y yo quería verla con ese vestidito negro y unos encajes que se había puesto. A si que me pare de la cama aprovechando que mi esposa dormía y fui a espiarla. La escuche en el baño y me acerque para verla. Para mi sorpresa, la encontré vomitando en el lavabo, por lo tomada que venía. "¿Te puedo ayudar?"... le pregunte al verla toda débil. En ese momento mi intención había sido buena. Llevarla a la cama y acostarla para que descansara. Pero o sorpresa, al estar de tras de ella y ver semejante culo, no pude resistirme y casi temblando la tome de la cintura. Trate de controlarme, pero ella volteo conmigo y me dijo: "¿Vas a quedarte solo mirándome?...  ¿o vas a aprovecharme?"... sus palabras me dejaron congelado. El mensaje era claro, me estaba invitando a tenerla ensartada en mi verga y hacerla gemir como puta. Pero una vez más, trate de controlarme y no abusar de ella, pero volvió a decirme: "crees que no me he dado cuenta lo que haces para acosarme y que te mueres de ganas por cogerme... esta es tu oportunidad, no ando tan borracha". El mensaje llegó más claro y me dispuse a disfrutar su cuerpo.



La agarre con la experiencia que yo tenía y ella solo me obedecía. Era momento de hacer mi gran sueño realidad, cogerme a mi cuñadita y enseñarle lo que debe ser un hombre. Y con el pito que me cargo, no la deje con ganas.



Con mucho cuidado para no lastimarla, lubrique un poco su estrecha vagina y me dispuse a penetrarla... Seguramente su novio ya estaba dormidito y a punto de coger a su novia.



En cuanto pude meter la cabecita, se la empuje despacito, mientras ella se quejaba de placer... "haaaayyyy....". Conforme la metía y la sacaba, la iba moldeando a mi tamaño, y aunque le costó un poco de trabajo, pero si se comió toda. Recordé a su hermana, cuando se lo hice la primera vez.





Sus gemidos me hacían sentirme un super hombre y verla gozar mi verga, a mi cuñadita de 18 años, era un sueño hecho realidad, que muchos añoran. Conforme resbalaba más y al dejar de sentir dolor, ella me pedía más y más, que no parara.


"Damelos... Damelos..." me decía al sentirme bastante excitado y acelerado. La miraba por el espejo y disfrutaba su carita de putita comiendo verga y pidiendo lechita. No pude soportar semejante tentación. Para donde volteara a verla, era una diosa comiendo verga. Sus nalgas escondían mi verga penetrarse en su vagina. Sus pechitos bien formaditos, moviendoce al compás de mis repegones. Sus piernas torneadas culumpiandoce hacía mi para hacer mas profunda la penetración. Su cintura... brindándome un buen agarre para jalarla hacía mi. Todo estaba listo para mi descarga y ella lo pedía, así que la agarre con fuerza de la cintura y se la metí lo más profundo y descargue toda mi leche a dentro de ella.  Como una verdadera puta paro bien su culo y grito de placer "¡haaaaayyy... siiiii....siiiii... ricoooo.... me encantaaaa...!". Después de expulsar toda mi leche, ella se meneaba rico pidiéndome más. Miraba como sus nalguitas pegadas a mi, se movían muy sensual, como queriendo exprimir mi verga. Pensé que después de la descarga se bajaría, pero no, estaba todavía firme y listo para continuar. Pero esta vez la lleve a su cuarto y ahí, la hice mi puta. Cogimos muchas veces hasta que la deje panzona, pero como ninguno habló, pues, fue un secreto entre ella y yo. FIN







PAGUE LA RENTA CON SEXO



Ya debíamos mucho de renta en el departamento que vivíamos. Yo estaba desesperada, pues, temía que en cualquier momento nos echaran fuera. Mi esposo no conseguía el dinero y un día el casero llegó muy molesto a cobrarme. Me dijo que pasaría el lunes por la mañana y si no tenía el dinero, nos sacaría. Una amiga, a quien le tenía mucha confianza, le platique nuestro problema. Me dio un mal consejo, pero tenía razón, era la única solución rápida que podría hacer para evitar tal humillación. 
Llegó el casero como había prometido, muy temprano en la mañana, después de haberse ido mi esposo a trabajar y lo recibí con un vestido rojo muy sexy, tal como me aconsejó mi amiga. Los ojos le saltaron al hombre, al verme de pies a cabeza, como loco pervertido. Con una sonrisa lo invité a pasar, y aprovechando mi trasero atractivo, con las zapatillas altas que me puse para la ocasión, caminé mostrando mi trasero, dándole un panorama espectacular, que solo a mi marido le daba en nuestras noches de pasión. La idea era impresionarlo y hacer que fuera más flexible con nosotros, pero algo no estaba saliendo bien. Sentía sus miradas fuertes y eso me puso nerviosa, tanto, que el empezó a controlar la situación. Sentado en la sala, mientras yo le preparaba una cuba, agachada hacia la mesita de centro de la sala, me levantó el vestido y mordió mis nalgas. Con lo vulnerable e indefensa que me sentía al traer ropa tan ajustada y corta, en un dos por tres me tenía acariciando piel a piel  todo mi cuerpo y recorriendo con sus manos mis partes intimas. No pude resistirme a tan grande pasión con la que me tomaba. Ese había sido el riesgo que iba a tomar con la idea de mi amiga, y lo tenía que afrontar. Me recostó en el sofá y me beso de pies a cabeza. Se regocijaba en mis senos, mordiéndolos, besándolos y apretándolos con mucho deseo. Fue entonces que le abrí mis piernas, para dejarlo meterse en mi sin nada que le estorbara. Con una agilidad, se quitó rápido el pantalón, y se recostó entre mis piernas, y mientras nos dábamos un beso apasionado, sus dedos abrían espacio, haciendo por un lado mi calzón y permitiendo que algo más grueso se colocara. Al sentir su pene entrar en mi, paré de besarle y lo mire fijamente a los ojos, pero sin poder evitar gemir. llegó hasta el fondo y mis gemidos eran descontrolados. Como todo una fiera, me penetro con fuerza, metiendo y sacando su pene, a pesar de lo poco estrecha que estaba para él, hasta que me moldeo a su tamaño. Fue entonces, que me entregue a el como toda una puta y cogimos como verdaderos amantes. Nuestras ropas poco a poco nos fuimos deshaciendo de ellas, hasta quedar completamente desnudos y haciendo muchas posiciones del kamazutra, hasta que se vino a dentro de mi. No supe que hacer, solo lo tome con fuerza, deseando sus semen. Quería que me llenara mi vagina de sus espermas, sin importarme si saliera embarazada. 
Terminamos bien sudados y su reacción fue decirme, que después de esto,  yo sería su pago de renta y vendría a cobrarme cada mes. Pero claro, los encuentros se fueron haciendo cada vez más cortos, ya que ninguno soportaba pasar tanto tiempo sin vernos. Fin




domingo, 1 de abril de 2018

LO HICE CON MI TÍO POLÍTICO




Soy una chica de 20 años, y hace dos años, en una tarde, me quedé a solas con un tío político, esposo de la hermana de mi mama. 
Había ido a buscar a mi tía y no la encontré. 
-No está tu tía... pero pasa, no ha de tardar- me dijo Marcos, esposo de mi tía.
y como nunca había tenido problemas con él, aunque casi no le hablaba, pase y me senté en su sala. Pasaron más de 15 minutos y mi tía no llegaba. Marcos estaba realizando su trabajo en su cuarto. Marcos se dedicaba a la fotografía y muy seguido se pasaba casi todo el día trabajando encerrado. Me sentía desesperada y fui a donde Marcos estaba trabajando para decirle que ya me iba, y él me invitó a pasar al cuarto. Tenía fotografías por todas partes y una meza llena de equipos cosas que el utilizaba. Me acerque a él y miré unas fotos de mujeres desnudas teniendo sexo con hombres corpúsculos.
-Perdón Sofía... no creí que te acercaras tanto, estas son fotos de unos clientes- Me dijo sorprendido y casi tartamudeando por haberle visto esas fotos.
-¿Son personas reales?¿como es que se dejan tomar esas fotos?.
-Son modelos, es un trabajo para una revista XXX... ¿sabes que es eso?.
-si, ¡claro!... es pornografía- 
Marcos se puso de píe y me llevó de la mano a la sala nuevamente.
-Veras... necesito conseguir a una modelo... una chica guapa, de bonito cuerpo, sexy... como tú, ¿crees que podrías ayudarme?, te pagaría bien.
Su proposición me sacó de honda, nunca esperé algo así de él, y menos cuando no existía una relación de confianza.
-Si no quieres no... pero, te pagaría $200 pesos por solo una sola foto, y no sería completamente desnuda, solo en ropa interior.
Se que debí haberle dicho que no en ese momento, pero, necesitaba dinero para comprar un libro que ocupaba en la escuela, y que mis mamá, no había podido a completarme, y mi padre, que no vivía con nosotras, tampoco me había podido dar dinero.
-Puesss... solo una, pero sin que salga mi cara, y tampoco le diga a nadie.
-Si Sofía, no te preocupes, solo necesito una buena toma de tu cuerpo, nadie sabrá que eres tú.
Y me prestó una prenda para que me lo pusiera. Me sentía desnuda, casi no me cubría nada esa ropa.
Con la confianza de que Marcos era todo un profesional en su trabajo, dejé que me viera como lucía aquella prenda. Por un espejo note, que mi cuerpo era perfecto para modelar, entonces entendí, porque Marcos me había propuesto ser su modelo.


Me tomó varias fotos, con el pretexto, de que tenía que revisar todas y de ahí elegir solo una. No le reclame nada, en cada pose, de cada foto que me tomaba, me hacía sentir toda una modelo y eso si que me agradaba. 
Sus manos al acomodarme, en la posición que él quería, las sentía muy suaves y a la vez fuertes. Tenia unas manos muy varoniles y muy atractivas, cada vez que me acomodaba alguna pierna, sentía su fuerza y como lo hacía de una forma cada vez más diferente. Era como si, empezara a dejar por un lado su profesionalismo y me viera como una mujer. Me puse algo incomoda por los nervios, no quería que esto se saliera de control. Estar a solas con un hombre mucho mayor que yo y casi desnuda, no era muy confiable tanta tentación para él.
Decidí pararme de la cama y cambiarme en el baño. El no me dijo ni una palabra y se sentó en la cama.
-Gracias... ahorita te pago- me dijo mientras me cambiaba.
Mientras me cambiaba, un extraño pensamiento cachondo con él me cruzó por la mente cuando me vi hermoso cuerpo escultural. Me imaginé, montando desnuda arriba de él.
Salí del baño y lo miré recostado en la cama. Un enorme bulto resaltaba por debajo de su pantalón, sabía que se estaba excitando al verme semi-desnuda y al tenerme solo para él. Me fui de paso al tocador para arreglarme un poco el pelo, y de repente...


...sentí sus manos acariciarme por debajo de mi falda. Me di cuenta que parte de mi también ardía de deseos por él al no impedir que siguiera. No tardo tanto en quitarme mi ropa interior, y cuando acordé, también el se había bajado su pantalón y su ropa interior.


Me rosaba su largo pene en medio de mis nalgas, y fue tan rico, que me incline un poco, para ver que hacía conmigo. En ese momento me estaba entregando completamente a él, al dejar que me tocara hasta mis partes intimas.


Me llevó a la cama, y nos besamos muy apasionadamente, como si fuéramos los amantes perfectos. Siempre lo había visto muy atractivo, pero nunca imaginé que se diera algo así entre nosotros.
-¿A que hora vendrá mi tía aaahhhh...?
-Tu no te preocupes... mmmmhhh... tardará lo suficiente.
Me acostó en la cama boca a bajo y se desvistió por completo. Imaginé lo que seguiría, así que paré mi trasero, en señal de que estaba lista para ser penetrada. Sentí sus ricas manos acariciarme, y como con sus dedos, preparaba mi vagina, introduciendo y remojando con sus dedos. 


Sin voltear a mirarlo, me di cuenta que estaba a punto de penetrarme. Se acomodó en posición y lo espere pacientemente. Yo no era virgen, ya había tenido relaciones con dos novios anteriores, así que, aunque el tamaño del pene de Marcos era algo grande, no tuve tanto miedo. 


Acomodó su pene, metiendo un poco su cabeza, y me la metió muy suavemente.


-¡haaayyyy... aaaahhhh...- Expresé sin querer, al sentir cuando entraba su enorme verga.



Llegó hasta donde pudo y comenzó a bombear muy suave; seguramente faltó por meterme más su pene, porque en cada metida, la sentía más a dentro.

Por fin llegó hasta el fondo. La sentí pegar a tope, en lo mas profundo de mi. Su verga llenaba todo mi espacio y me hacía estremecer de placer en cada movimiento.




 -aaahhhh... aaahhhh... - jadeaba y movía mi trasero para él, la sentía tan rico y me excitaba más sentir su cuerpo arriba de mi, domandome como su mujer.


Al verme disfrutar de su pene, y al sentir que ya estaba moldeada a su tamaño mi vagina, aceleró más su movimiento. En ese momento me sentí su puta, pero no me importaba, yo solo quería que me diera más. 


-haaaayyy... haaayyyy.. siiiihhh...- grité de placer cuando aceleró aún más sus movimientos.
Solo me escuchaba yo y el golpeteo de mis nalgas con sus abdomen, al chocar cuando me la metía toda.
Me puso de muchas posiciones y con mucha experiencia tardo en venirse. Como todo un caballero, dejó que me viniera 2 veces primero, y cuando ya sintió que no aguantaba, me puso abajo y en la posició de "EL PÁJARO PRISIONERO"...


...y se dejó venir a dentro de mí. Sabía que lo deseaba, porque en repetidas ocasiones, me preguntó que si en donde los quería, y yo le respondía jadeando, que a dentro. La verdad estaba tan caliente, que se me antojaba recibir su semen.


-oooooohhhh... aaaaahhhh... ooooouuuuhhhh...- gritó mientras dejaba su pene a dentro de mí, y ahí sentí por primera vez, grandes chorros de líquidos brotar por dentro de mi vagina. Sentí tan ricos sus semen, y ver a Marcos sudando arriba de mí con su carita de placer, que no quería que esta fuera la ultima vez que me lo hiciera. No me importaba ser su puta, querida o amante, solo quería su verga, sin condón, entrando y saliendo de mi vagina con un rico final feliz.