lunes, 25 de junio de 2018

MI ESPOSO QUISO QUE COGIERA CON SU JEFE





Mi esposo y yo eramos una pareja con fantasías por experimentar. Una vez me platico de una que él tenía y que tal vez no se cumpliera, pues también temía no resistir los celos. Y era precisamente el que yo hiciera el amor con otro hombre mientras él nos observara. Me pregunto si yo me animaría y le dije que si era su fantasía, lo intentaría. Llevábamos 5 años de casados y nos teníamos mucha confianza. Siempre nos contábamos todo y nos conocíamos bien.
El jefe de él, de la empresa para la que trabajaba, era una persona de 45 años, muy respetable y muy varonil. Siempre frecuentábamos en fiestas y convivios y se portaba muy amable conmigo y muy caballeroso. Supimos que vivía solo por que su esposa se fue con otro ya hace tiempo.
Un día de mi esposo salio la idea de cumplir su fantasía. Me propuso hacerlo con su jefe, por ser la persona ideal que guardaría total discreción. Yo acepté y le dije que lo haría solo porque era su fantasía.
Mi esposo se encargo de convencer a su jefe de hacer la reunión en su casa, celebrando supuéstamente nuestro aniversario, porque en la nuestra estaríamos muy reducidos. No le contó lo que pretendíamos, pues se iba a hacer el intento, por si ya estando ahí, mi esposo se arrepintiera.
Un sábado por noche, se hizo la reunión en la casa de su jefe. Yo me fui con un vestido rojo muy sensual y muy pegadito, que hacía mostrar mi lindo cuerpo. Llevamos bebidas y preparamos cena, su jefe no se quedó atrás y también compró bebida y algo de botana.


Terminamos de cenar y nos pusimos a beber champan y cuanto vino estaba en la meza. Entre platicas y risas se nos fue el tiempo, y se nos subieron algo las copas. Su jefe no dejaba de mirarme, mi esposo no lo sabía, pero desde la primera vez que nos presentó, se que no le era indiferente. Tal vez también por eso mi esposo lo eligió. Estábamos cada vez más animados, cuando su jefe se iba al baño, nos prendíamos en un beso y casi terminábamos haciendo el amor ahí. En una de esas me preguntó mi esposo que si estaba lista, y le dije que si. Llegó su jefe y me puse algo nerviosa. No sabía por donde empezar.


Les pedí un brindis por nuestro supuesto aniversario, con la finalidad de tomar valor a lo que venía. Empece por relajarme y aprovechando que a su jefe no le era indiferente, le sonreí y coquetee.


El plan estaba funcionando, me mostraba coqueta y su jefe correspondía con una sonrisa. Yo se que por respeto no me decía nada, pero se le miraba en los ojos sus deseos de tocarme.


Había llegado el momento, y mi esposo y yo, nos dimos un beso de valor para empezar a cumplir su fantasía. Me sentí algo nerviosa, por la nueva experiencia que iba a tener.


La temperatura aumentó. De un beso, mi esposo pasó a recorrer todo mi cuerpo y yo me excité rapidísimo, tal vez por el alcohol. Sabía que su jefe nos miraba, y yo posaba en cada caricia para él. Quería que me viera de como deseaba ser penetrada. 


Me metió la mano mi esposo entre mis piernas y su jefe no dejaba de mirarnos. Lo invitó que se acercara, y algo tímido, lo hizo poco a poco. En cuanto lo tuve más cerca, estire la mano hacia atrás, para sentir su bulto y que entrara en calor.


Se la sentí bien dura, y ya con el permiso de mi esposo, me atreví a bajarle el cierre y sacársela. Estábamos los tres ya muy excitados, los escuchaba jadear y yo también moría de ganas por ver sus pollas. Era la locura, por primera vez tendría sexo con otro hombre que no fuera mi marido.


En cuanto le saque el pene, sentí un deseo enorme por probarlo. Estaba calientita y bien dura, de buen tamaño como me la imagine cuando lo conocí. Era una experiencia muy extrema. Otro hombre me iba a coger en frente de mi marido y eso me excitaba aún más. Sentía que me volvía loca de placer.


Creo que muy en el fondo de mi, también existía esa fantasía, porque me sentía plena y con ganas de devorar su penes. Se las jalé a los dos, mientras me acariciaban y me metían mano por debajo de mi vestido. El jefe de mi esposo estaba loco por tenerme. Me tocaba desesperado mis piernas y mi vagina por encima de mi tanga.


Deseosa por probar la verga del jefe de mi esposo, me agache para tener ambos miembros frente a mi boca, y sin pensarlo dos veces, me metí a la boca el miembro del jefe. De lo excitada que estaba, hasta lo sentía dulce y con deseos inmensos de recibir su semen en mi boca.


El deseo crecía cada vez más. Yo hasta sentía sensaciones en mi pansa, de tanta excitación que me provocaba. Se quitaron la camisa y yo me quite el vestido. Mientras lo hacía mire al jefe de mi esposo mirarme sorprendido, creo que también para él era un sueño hecho realidad. 



Y ahí estaba... completamente desnuda ante la mirada del jefe de mi esposo, quien se perfilaba para follarme como su puta, y yo lista, deseosa de que me penetrara.


A pesar de lo excitados que estábamos, el jefe de mi esposo, todavía no se animaba a follarme. Fue entonces que para pasar al siguiente nivel, mi esposo me la metió frente a su jefe. No pude evitar gritar de placer, al ver a otro hombre en frente de mi, mientras me cogía mi esposo.


Todo era cuestión de tiempo, el jefe se excito al ver que me cogían y que yo le pedía que también el me follara y se animo. Me acomodé hacia con él y la sentí entrar. Ya estaba sintiendo el pene de otro hombre y una vez más, sentí muchas sensaciones, que hicieron a mi vagina mojarse aún más.


Fue inevitable gemir como zorra. Sentía la verga del jefe entrar y salir de mí recorriendo todo por dentro. Me sentía su puta y estaba deseosa de su verga y de su semen. Le pedí a mi esposo que me dejara sentir los semen de su jefe y el dijo que si. Pasamos a la recamara y mi esposo nos dejó coger, sentándose, como era su fantasía, por un lado de la cama mirando como me penetraban. Me subí en el jefe y me moví suavemente, tratando de disfrutar su verga. Estaba libre para devorarla con mi vagina, la sentía recorrer y llenar mi hueco, tocando las paredes, haciendo que gritara como perra de placer.



Y antes de que el terminara, sentí venir mi primer orgasmo. Rasgue las sabanas de la cama y grité como loca mirando a mi esposo, como también él disfrutaba el momento masturbándose mientras nos miraba. Pero aquel hombre no paraba, quería darme semen y continuó bombeando.


Hicimos más posiciones, realmente era un experto, un maestro con las mujeres. A parte de saberlas tratar en la calle, también sabía tratarlas en la cama. Esto me estaba gustando, tanto que estaba deseando que nunca parara y que esto se repitiera muchísimas veces. Lo malo es que ese era el único momento, en el que él me tendría así y yo a él.




Otro Orgasmo se me vino, cuando me puso a gatas. Sentí su verga, dura, grande y gruesa, tan rica, que no pude resistirme y nuevamente tuve otro orgasmo. Ya no me importaba que estuviera mi marido, que me viera gozar como puta la verga de otro. Al fin y acabo el así lo deseaba.


Este hombre no paraba, hasta que por fin, lo sentí más acelerado y agitado. Buena señal para decir que se vendría una descarga y le pedi de favor que me los diera "¡damelos... damelos... si papi damelooos!". Y entre más le gritaba, más aceleraba...


Hasta que de pronto... dejó su verga adentro de mi y de inmediato sentí sus ricos semen salir de su pene y no pude evitar también mi tercer orgasmo. Fue increíble esa experiencia. Una fantasía de mi esposo, que se convirtió en la mía y de su jefe.
Descansamos un poco y después seguimos, pero esta vez ellos haciendo relevo y yo de su puta dejándome coger, fue fascinante. Al final quise probar los semen del jefe en mi boca y se los pedí, sin que se opusiera mi esposo.

 Imagen relacionada

FIN



  





















   
    


   

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