viernes, 30 de marzo de 2018

MI PRIMER INTERCAMBIO DE PAREJAS




Una amiga me había confesado que entre ella y su esposo tenían una fantasía sexual. Tenían la curiosidad de saber que se ciente, verse entre ellos, haciendo el amor con otra persona. Me quedé sorprendida cuando me propuso a mí, que mi esposo y yo participáramos en sus fantasías. No supe que contestarle en ese momento, pero la verdad es que, desde hacia tiempo, yo ya había tenido ese deseo, pero conociendo a mi esposo, no podría proponerlo ni en broma.

Fui sincera con ella en ese momento, le dije que tal vez yo me animara, pero que mi esposo ni en broma aceptaría. Me dijo que si yo aceptaba, ella se encargaría de intentar convencer a mi marido, y yo acepte. 

Planeamos una reunión de amigos en su casa y poderlo intentar. 


Llegamos y nos recibieron muy contentos. Mi esposo no sabía nada de lo que habíamos platicado mi amiga y yo, así que, también llego con una sonrisa normal, como en cualquier otra reunión.



Mi amiga para pronto nos invitó algo de tomar y nos paso a la sala. A mi esposo se le hizo algo raro que a la reunión solo eramos nosotros y ellos, así que no tardó en preguntarle luego luego a mi amiga.


Ella estaba más que decidida y se le notaba, se sentó aun lado de él y le dijo que querían algo más privado, una reunión solo con verdaderos amigos, que solo nosotros y ellos.


Después de un par de tragos, mi amiga se armo de valor y me platicó el plan, para poder entrar en calor. Decidió según confesar a mi esposo, que el motivo de la reunión era; para cumplir una fantasía entre ella y yo. Que deseábamos tener un acto de lesbianismo entre ella y yo, y en presencia de nuestros esposos, con todo el respeto y toda la discreción del mundo.
Cuando escuchó esto mi esposo se agarró riendo...


-¿Pero como...? ¿tu sabias algo de estas dos chanclas?- le preguntó mi esposo al esposo de Karen.
-si... la verdad ya me había comentado de esto Karen... y pues... respeto mucho sus decisiones- respondió el esposo de Karen, siguiéndonos la corriente. La idea era, mostrarnos ante ellos lo más provocativa mente posible, y que mi esposo, se anime a participar y poder intentar el intercambio.


-Por mi parte, todo quedará entre nosotros...  seré muy discreto y respetuoso- dijo el esposo de Karen.
-Esta bien, acepto... si esto va hacer así, adelante, que tengan sexo ¡pues!...- dijo mi esposo al ver que solo él faltaba por aceptar.


Al ver que lo que estábamos planeando, se podía cumplir esa noche, me puse un poco nerviosa. Nunca en mi vida había tenido una experiencia así, y ni tampoco mi amiga, y creo ni nuestros esposos. Los más atrevidos hasta ese momento, eran Karen y su esposo. Me dejé llevar por ellos y fui siendo cómplice de su aventura, aunque me pusiera nerviosa. Solo de imaginar al marido de mi amiga follándome, me daban nervios.


-Bueno amiga... empecemos...- me dijo Karen, sentandoce aun lado mío.


-Quiero que te pongas cómoda y que te relajes... ¿o.k?.
-si... esta bien, estoy relajada.
-Muy bien... entonces quítate la blusa- me dijo Karen para ir rompiendo el hielo y dar paso a lo siguiente.


Sin más vueltas al asunto, me atreví a quitarme la blusa y mi esposo sorprendido dijo; "valla... y pensar que eso me como diario", nunca imaginó que esa noche estaba a punto de compartirme con otro hombre.


Después de haberme quitado yo la blusa, mi amiga, empezó a quitarse la suya. Me sentía muy bien, muy confiada, estaba cumpliendo una fantasía, y que mejor, que con amigos.


Nuestros maridos no dejaban de vernos. El marido de Karen me echaba unas miradas y el mío sin duda también gozaba de buena vista con mi amiga. Estábamos llegando ha nuestro objetivo.


El marido de Karen dijo; "ya... a follar chicas", y mi amiga y yo nos pusimos nerviosas.


       Nos empezamos a desvestir y a mostrarnos ante los ojos de nuestros esposos. Quería que el esposo de mi amiga me viera lucir mi ropa interior y mirar como yo le provocaba excitación.
 
Todo estaba saliendo de maravilla, mi esposo se mostraba contento y coperativo. Estaba dejando que el esposo de Karen me observara de pies a cabeza y a la vez, yo le permitía que gozara mirando a mi amiga.


Como toda una diva, y aprovechando de que mi marido estaba entrado en el ambiente, le pedí que me ayudara a quitarme el pantalón licra.


Fueron momentos de gran excitación, estábamos mostrando nuestros hermosos cuerpos, ante dos hombres ajenos.


Mi esposo no dejaba de mirar a mi amiga y sus nervios lo entorpecían cuando me quitaba el pantalón.



Sentí un poco de celos, pero no los hice notar, pues mi amiga y yo, sabíamos de ante mano cual era nuestro objetivo, y que solo se trataba de darnos placer.


Como mi marido todavía no sabia lo del intercambio, decidimos continuar con nuestro supuesto encuentro lesbiano, y a la vez, seguir provocando su participación,  más, el de mi esposo.


A mi amiga se le ocurrió jugar un poco con crema comestible, y así mirarnos más cachondas.


Mi marido se atrevió a participar, poniéndome crema, pero sin tocar a mi amiga todavía.


Estaba que me moría de excitación, cuando sentí la lengua de mi amiga, recorrer por mis pechos y quitar la crema. Sentí tan rico, que mis calzones se empezaron a mojar.


No aguantamos las ganas y Karen y yo, nos dimos un beso apasionado. Estábamos prendidas y ellos empezaban a notarlo. Mi esposo empezó a acariciarme y cuando me di cuenta, ya no traía camisa.


Yo me excité aun más, cuando mi esposo empezó a meter su dedo en mi vagina, y acariciarme mis nalgas.


Y de pronto lo inesperado. Mi esposo decidió participar y me quitó mi calzón, mostrándome completamente desnuda para el esposo de mi amiga, sin importarle nada.


Mi amiga ya quería desvestir a su esposo, al ver que el mío ya estaba también cachondo. Mi esposo lejos de incomodarle, también se puso de pie para desvestirse.


Yo ansiosa también por verlo desnudo, hice como que no lo miraba y me acerque más a mi amiga, tratando de evitar que mi esposo me viera ansiosa por mirar el pene del esposo de Karen.


Era de muy buen tamaño, y entre las caricias que le daba a mi amiga en su vagina, sentí la mano de su esposo, que también aprovechaba para acariciar mi mano.


Mientras él la masturbaba, yo acariciaba los dedos de él, mientras besábamos los pechos de mi amiga. Moría de ganas por brincar los pasos y dejar de fingir nuestro encuentro lésbico, para poder sentir tan rico miembro a dentro de mí.


Pero al parecer solo se iba a tratar de sexo con nuestros mismos esposos...


Mi amiga empezó a hacerle sexo oral a su esposo y el mío a besarme y meterme su dedo.


Mi esposo también la tenía rica, así que pensé mejor en disfrutar lo mío y dejar para después lo que pasara.


Sin decir nada, me dedique a mi marido he imaginando que le hacía sexo oral al esposo de mi amiga.


De repente, algo inesperado pasó con mi esposo... me pidió que se la mamara al esposo de mi amiga, que quería verme como una puta, tragando verga de otro hombre, y haciéndome la inocente le dije; "¿de verdad eso quieres papito?", y me volvió a repetir.


Me fui hasta donde estaba mi amiga y su esposo, y los tres sonriendo por el objetivo obtenido, hicimos cambio de pareja.


Ahora yo disfrutaba la verga del esposo de Karen, y ella el de mi marido.


Como perritas en celo y deseosas de verga, chupamos las vergas de nuestros esposos intercambiados y solo chupadas, gemidos y el "mmmm..." se escuchaba, mientras que nuestros maridos gozaban mirándonos.


La cosa ya estaba prendida, nuestros esposos nos disfrutaron a su gusto y todos felices...


Mi amiga pidió a mi esposo que se la metiera, y ella sacó dos condones. Sin decir nada, mi esposo tomó los dos y me pasó uno. En ese momento trague saliva, estaba a punto de meterme esa enorme verga del esposo de mi amiga, y mi esposo lo estaba permitiendo, pues también gozaría cojer con Karen.


Una vez que le puse el condón, no perdí más el tiempo y agarrándole la verga, me la acomode y empece a abrirle camino...


Sentí tan rico su pene, que empecé a gemir como loca, y a la vez mi amiga también la escuchaba. cuando voltee a mirarlos, también ella  estaba arriba de mi esposo, comiendo lo que yo me como todas las noches. Fue una experiencia única y maravillosa. Y pensar que me habría de arrepentir. Pero no, al contrario, después de esa vez se dieron muchas más...  


tal vez la sensación de sentir algo diferente, o la idea de no aburrirse con lo mismo y hacer cosas diferentes. Muchos creerán que una pareja así es totalmente infiel, pero no, para poder lograrlo, se necesita mucho amor y fidelidad entre pareja, para seguir siendo unidos y que no aya separación, al contrario, una pareja más unida.


Terminó en mi pecho y no aguante las ganas de probárselos, así que, el segundo chorro que aventó, se los capeé en mi boca. y con una mirada gustosa y saboreandolos, me dejó su verga en mis labios.
Solo esa vez lo hicimos con condón, deSpues, ni mi amiga ni yo quisimos usarlos. FIN


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