jueves, 28 de diciembre de 2017

YO SOLO QUERÍA DINERO PRESTADO





Yo solo quería que me prestaran dinero. Mi madre enfermó y no teníamos dinero para su medicina, a si que lo primero que se me ocurrió fue pedir  dinero prestado en mi trabajo a mi jefe. Aunque tenía poco tiempo de haber entrado, mi jefe, se miraba una persona muy noble y se portaba muy buena persona con sus trabajadores, así que me animé, y le dije que si me podría prestar. Como era de esperarse aceptó, pero me dijo que lo esperara cuando saliera ese día de trabajar.
Salieron todos mis compañeros y estaban serrando la oficina cuando llegó en una camioneta muy lujosa y me invitó a subirme. En el camino le fui contando más a detalle mi situación y el solo me escuchaba sin decir palabra. Sus miradas de pronto se desviaban a mis piernas y eso me ponía un poco nerviosa, pero trataba de disimular para no estropeara todo, y me prestara el dinero. Dio vuelta en una desviación y se metió por un camino que llegaba justo a la entrada de un motel.

- No te asustes, solo quiero tomar un baño y listo... después de dejarte en tu casa voy a ir a una fiesta con unos amigos, por si quieres ir.

- No, gracias, como le comenté, mi madre está enferma y no deseo dejarla mucho tiempo sola.

Aunque sabía que el meterme con él a un motel no era muy bien visto, acepté, pero trate de ocultarme en aquella elegante camioneta. 
llegamos a la habitación y él encargo cerveza a la persona que nos atendió. Se metió a bañar, mientras yo me recosté en la cama y prendí la televisión. Pornografía y más pornografía pasaban en la programación de aquella televisión. Me empezaba a incomodar un poco cuando mi jefe salió de bañarse. Dentro de su toalla se miraba un bulto espectacular, por más que trataba de no mirar, la curiosidad me obligaba y me puso de nervios.

- ¿te pasa algo?- me preguntó mi jefe parado frente de mi con la pura toalla puesta.

- no, solo que no estoy acostumbrada a esto... por favor vístase.

Lejos de hacerme caso, tiró la toalla que lo cubría y se abalanzó a arriba de mi. Mi falda se recorría hacía arriba inevitablemente, quedando descubierta en puro calzón, cuando trataba de impedir que  mi jefe me besara. Fue entonces que sus manos, como si fuera pulpo, acariciaba con mucha pasión cada parte de mi cuerpo, hasta que logro abrir mis piernas y meterme su dedo en mi vagina. Era imposible luchar contra él. Un hombre de casi dos metros y curpuloso contra una chica de solo 19 años, no habría manera que le ganara a la fuerza. Conforme fue masturbándome, fui dejando de poner resistencia. En cuanto saco su dedo de mi vagina, sentí algo más grande deslizar hasta el fondo. Quise gritar del placer, pero me tapé la boca. Me empezó a bombear y en cada metida sentía que entraba más. Y entonces me dejó ver como su verga entraba en mí. se miraba aparecer y desaparecer entre mis piernas un enorme pene y mi excitación crecía. Después de la resistencia que había puesto, ahora le estaba pidiendo más. Su pene llenaba todo por dentro y hacía que me retorciera de placer. pensaba en que, en cualquier momento saldrían enormes chorros de semen de su pene y yo sin poder evitarlo, abierta de patas y él sin condón. 

Nos desnudamos completamente y entonces me convertí en su puta. Dejaba que me pusiera como quisiera y en veces yo me despachaba montandolo y moviendole mis caderas. Fue así que continuamos hasta que se vino en dos ocaciones y yo tuve tres orgasmos, y terminamos cansados en la cama.

Después de tremenda cojida me dió $5,000 pesos y me llevó a mi casa. Y cada vez que he querido dinero él me los da a cambio de un rico sexo y pasarla bien. fin           






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